Con el premio Pritzker otorgado a Alejandro Aravena, la arquitectura chilena se consolida a nivel mundial y logra posicionarse a la vanguardia.
La arquitectura chilena se ha construido teniendo como base la naturaleza del país. Si en el norte, predominan el barro, la piedra y la paja; en la zona central, destacan las líneas coloniales; en el sur, en tanto, predomina la herencia alemana y las tejas que encausan la lluvia.
Y ello ha potenciado la creatividad de quienes ponen arte en la construcción de hogares. Desde la espectacularidad de Borja Huidobro, la arquitectura chilena ha marcado su impronta en las ligas internacionales. Hoy, Chile vive un momento esplendoroso dentro de la arquitectura y el premio Pritzker -considerado el nobel de la especialidad- de Alejandro Aravena es la consolidación de una época promisoria. Aravena es el más destacado dentro de un espectro de arquitectos que son solicitados desde todo el mundo y están considerados en lo más importantes premios.
Dentro de los más relevantes junto a Aravena se encuentran, Mathias Klotz y Felipe Assadi-representantes del modernismo-, Mauricio Pezo, Sofía von Ellrichshausen y Smiljan Radic, por nombrar sólo algunos, quienes han posicionado la arquitectura de estas tierras en límites insospechados.
Dos de estos destacados arquitectos, Mathias Klotz y Felipe Assadi, son parte de Tecno Fast Home y entregan lo mejor de la arquitectura chilena a sus modelos.